La Escuela Su Santidad Juan XXIII, fundada en 1965, ha atravesado diversas transformaciones desde su origen, adaptándose a las necesidades de la comunidad y al contexto en que se inserta. Actualmente ubicada en la comuna de San Joaquín, específicamente en el sector de La Legua, en la calle de Pedro Alarcón Nº401, esta institución ha asumido un rol fundamental en la educación de niños y niñas provenientes de entornos vulnerables. Desde 2020, es parte del Servicio Local de Educación Pública Gabriela Mistral, lo que la conecta con una red más amplia de colegios en la zona sur de Santiago (comunas de San Joaquín, La Granja y Macul).

La escuela ofrece educación mixta, con un currículo basado en el marco nacional establecido por el Ministerio de Educación de Chile, y posee educación desde el nivel parvulario hasta octavo básico. Además, la matrícula supera los 300 estudiantes, con un promedio de 30 estudiantes por sala y un perfil demográfico predominante de extranjeros, siendo 39% venezolanos, 6% haitianos, 9% peruanos, 5% colombianos, 4% ecuatorianos.

El establecimiento cuenta con una red de apoyo profesional que abarca áreas tales como psicomotricidad, psicología, educación diferencial, psicopedagogía, terapeuta ocupacional, profesionales que conforman el PIE, además el equipo de convivencia es una parte esencial de su enfoque educativo integral. Este equipo está compuesto por un encargado de convivencia y una dupla psicosocial. Esta estructura permite abordar no solo los desafíos académicos, sino también las necesidades emocionales y sociales de los estudiantes.

La estructura del equipo de convivencia refleja un enfoque multidimensional que combina el aprendizaje académico con el bienestar emocional. Este enfoque es fundamental en un contexto donde la vulnerabilidad social puede interferir en el rendimiento académico y la salud mental de los estudiantes. Al integrar áreas como psicomotricidad, educación diferencial y apoyo psicopedagógico, la escuela se esfuerza por atender las diversas necesidades de su población.

Un desafío constante para la escuela es el contexto socioeconómico de su entorno. San Joaquín es una comuna con altos índices de pobreza, y muchos estudiantes provienen de sectores de alta vulnerabilidad, como La Legua Emergencia.

Según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (2017), San Joaquín presenta una tasa de pobreza multidimensional superior al promedio regional y nacional. Esto significa que una proporción significativa de la población enfrenta carencias en múltiples dimensiones, como educación, salud, vivienda y acceso a servicios básicos.

La realidad compleja de este entorno exige que la escuela sea más que un espacio educativo: se ha convertido en un lugar seguro y de contención para los niños, especialmente aquellos que enfrentan situaciones de riesgo en sus hogares o barrios.

A pesar de las dificultades, la escuela ha avanzado en su misión educativa, mejorando los resultados de sus alumnos, aunque de forma más lenta que en otras escuelas con contextos menos desafiantes. El trabajo del colegio no solo se centra en el aprendizaje académico, sino también en la enseñanza de valores y habilidades para la vida. Esta doble misión es clave para preparar a los estudiantes no solo para sus evaluaciones académicas, sino también para enfrentar los desafíos de su entorno social.

Un aspecto positivo ha sido el aumento de la participación de los apoderados en las actividades escolares, un indicador de que las familias reconocen y valoran el esfuerzo del colegio por brindar un ambiente de apoyo y educación de calidad. Este compromiso de la comunidad escolar es un factor crucial para el éxito del proyecto educativo de la escuela.

En síntesis, la Escuela Su Santidad Juan XXIII enfrenta importantes retos debido a su contexto, pero ha logrado consolidarse como una institución que no solo imparte conocimientos académicos, sino que también forma a sus estudiantes en valores y hábitos para la vida. A través de un enfoque integral y el compromiso de su equipo docente, la escuela continúa siendo un pilar en la comunidad, adaptándose constantemente para cumplir con su misión educativa en un entorno complejo.